
Esmalte y spray sintético sobre papel
160 x 160 cm
“La pintura de Antonio González se alimenta de una contradicción: nunca semeja suficiente y, paradójicamente, siempre es un poco excesiva. Seguramente porque su obra es una suerte de pensamiento directo e intuitivo que se resuelve en términos de gestión del espacio pictórico. Hablamos de una pintura que resiste, que aparece y desaparece. Como espectadores debemos abandonarnos a ella, precipitarnos sobre ella. Es la pintura como abismo, como revelación imposible. En ella siempre hay algo que se nos escapa. En palabras de Georges Didi-Huberman, “cuando ver es perder”. Como si las formas viviesen condenadas a su extinción, permaneciendo, sin embargo, al cerrar los ojos. Una pintura latente, que emerge sin permitirnos acceder al misterio.”
David Barro