La obra de Freymann, aparentemente simple, se demuestra trepidantemente efectiva para subyugar a quien mira. Sus pinturas nos desplazan a un plano onírico que, según las propias palabras de la artista, está en las cosas que ya sabemos. El surrealismo formal de estas piezas se desliza como un velo para dar lugar a la lógica que nos dicta la realidad.
Las formas del tiempo y del espacio como elementos pictóricos. Lo mineral, el accidente, lo meteórico y lo meteorológico. La sutil diferencia entre lo que vive y lo que existe.